MUSEO DEL FERROCARRIL

 

El Museo del Ferrocarril, situado en las antiguas dependencias en desuso de la Estación de Alcázar de San Juan, se fundó en el año 1985 gracias a un grupo de ferroviarios tanto en activo como jubilados, que les unía la pasión por su trabajo. En ésta misma fecha, también se creó la Asociación de Amigos del Ferrocarril.

El Museo está dedicado a la historia del tren en España a través de la importante visión de éste antiguo nudo ferroviario, que fue de vital trascendencia para la circulación de convoyes, ya que comunica el Norte y el Centro Peninsular con el Levante y el Sur.

El Museo se construyó con la finalidad de mantener vivo todo el material utilizado en RENFE, procurando que todo lo que ha servido de historia de Alcázar de San Juan fuese recuperado.

En sus dependencias se reúne material documental, herramientas, útiles ferroviarios y antiguas máquinas, en una exposición interior y otra al aire libre.

En la exposición al aire libre encontramos un molino de viento que tiene tres plantas en las que se encuentran la sala del jefe de estación, la biblioteca, la sala de proyecciones y una pequeña fragua de la época del vapor. También recoge las piezas de mayor tamaño como un vagón de mercancía seca, la máquina piloto, un automotor, una máquina de vapor y un coche de bomberos.

El vagón de mercancía seca es único en España, data de hace unos 150 años, aproximadamente, y procede de Alemania, Austria o Suiza, ya que eran los países que por aquellos tiempos tenían producción ferroviaria.

La máquina piloto es una máquina pequeña construida en España con un motor diesel y se utilizaba para hacer maniobras con los trenes de mercancías que procedían de Madrid, para lo que se denominaba en RENFE su clasificación.

El automotor, también denominado ferrobús, fue construido en Alemania y hacía pequeños trayectos como Argamasilla de Alba – Tomelloso y la línea de Villacañas – Quintanar de la Orden. Al tratarse de máquinas muy ruidosas con motores diesel, cayeron en desuso.

La máquina de vapor de mediana factura hacía los expresos de Quintanar de la Orden, con una velocidad que alcanzaba los 70 Km/h, una velocidad muy buena por aquellos tiempos teniendo en cuenta que la tecnología no estaba muy avanzada y las traviesas de las vías eran de madera. Ésta máquina de vapor era la encargada de traer el agua a la ciudad desde los pozos que hay en el apeadero de Marañón. En Alcázar de San Juan nunca faltó agua y los pozos de Marañón, que aún siguen en pleno funcionamiento, tenían todo el caudal de agua que RENFE necesitaba. Cuando llegaba el agua a la ciudad, se intentaba descalcificar por filtros naturales o con productos químicos y, una vez que el agua estaba descalcificada, se subía a tres depósitos, construidos por el gran arquitecto Eiffel. Los mecanismos estaban comunicados por tuberías que hacían de vasos comunicantes, con el fin de que todos los depósitos tuviesen la misma cantidad de agua y ninguno de ellos se pudiese volcar.

El coche de bomberos es una pieza muy curiosa. Es como una cubeta de agua que iba tirado por una mula o un borrico y se surtía del agua de las fuentes que había a lo largo de toda la estación.

También cabe destacar un tren pequeño que, aunque está en desuso, lo utilizan en las visitas escolares para que los niños conozcan cómo era el funcionamiento de los trenes.

En la parte interior del Museo se presentan maquetas de trenes, herramientas de vía, placas de locomotoras, puestos de mando que han recuperado de Alcázar de San Juan y Villacañas, uniformes, gorras de todos los oficios que existían antes en RENFE, fotografías , cambios, faroles, máquinas de billetes, una vajilla que llevaba el Rey Alfonso XIII en un vagón salón que le regaló la empresa MZA, que eran vagones que hacían las líneas de Madrid-Zaragoza-Alicante, las centralitas que tuvo en su momento la empresa para mantener la comunicación y un largo compendio de componentes ferroviarios.

Actualmente están trabajando en la realización de una nueva maqueta, mayor que la que tienen, para que pronto pueda formar parte de toda la colección.

Todas las piezas que se exponen en el Museo son originales y han estado funcionando a pleno rendimiento.

El conjunto de edificios e instalaciones de la estación de Alcázar de San Juan han sido protegidos por la Ley de Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha.