Desesperación en la Asociación de Familiares y Amigos de Personas con Discapacidad (AFADIS) de Alcázar de San Juan por la alarmante situación económica que atraviesa

En el mes de octubre, la Asociación de Familiares y Amigos de Personas con Discapacidad de Alcázar de San Juan (AFADIS) volvió a la actividad y ahora se ven obligados a volver a cerrar sus puertas ante la evolución de la pandemia. Esta medida conlleva una ruptura de la rutina de los chicos y chicas que generan tristeza y frustración

Sociedad 25 de enero de 2020

En un espacio que permite que los usuarios interactúen, se integren y realicen actividades lúdicas que favorecen el desarrollo cognitivo con sus iguales, la asociación alcazareña da servicio a unas 50 familias en las instalaciones del Centro de Barrio Goya. Muchos de ellos han dejado de asistir a las sesiones diarias en el Centro por miedo al contagio, esto ha llevado a una ruptura con las rutinas tan importantes para sus vidas.

Estos meses de cierre han dejado huella en los chicos y chicas que asisten cada día a la asociación. Tristeza, apatía y un sentimiento incomprensible con la situación, son algunas de las emociones detectadas a lo largo de estos meses, tanto por la presidenta de la AFADIS Alcázar como por la monitora.

La Asociación se encuentra a la espera de la subvención que cada año otorga la Diputación Provincial, y gracias a la cual se lleva a cabo el programa de Rehabilitación y apoyo integral. Una subvención que se ha visto recortada ante la imposibilidad de justificar unos gastos que, debido al confinamiento y cierre de la actividad, no han tenido lugar.

Esta situación ha provocado que AFADIS se encuentre al borde del abismo pendiente también de la firma del convenio con el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan y que se destina a sufragar el coste del transporte adaptado adquirido por la asociación hace dos años. “La asociación se tendrá que disolver ya que en estos momentos no tenemos ingresos, no podemos continuar”, destaca la presidenta, Julia Abengózar.

Beatriz Molina, monitora de los usuarios, manifiesta las sensaciones que percibe a diario, “los chicos no son los de antes, no quieren interactuar unos con otros, muestran mucha más seriedad e incluso frustración y no saben cómo reaccionar. Hay muchas tardes que es muy difícil trabajar con ellos porque le tienes que dar más importancia a dialogar y hablar con ellos, antes que a realizar una ficha de estimulación”.

El taller de ocio y tiempo libre en el que se enfoca la asociación se ha visto obligado a variar sus actividades, de la programación que se venía realizando al aire libre y de la interacción con otros centros, se ha pasado a ejecutar fichas de estimulación física y cognitiva. Como recuerda Molina, en la actualidad se realizan ejercicios de rehabilitación y estimulación cognitiva para trabajar la atención óculo-manual.

Dada la actual situación económica y si las circunstancias no lo permiten, la asociación cesará su actividad con el consecuente perjuicio para los usuarios y sus familias que hasta ahora, han gozado de un espacio de esparcimiento y desarrollo sin duda beneficioso y saludable.