El XIII Campus de Fútbol de Alcázar de San Juan, pasa con nota esta edición y pone el listón muy alto tras su viaje para conocer San Mamés

Un año más, y ya son 13, el mejor campus de futbol de la comarca reúne a 130 niños en el Campo de Futbol Manuel Delgado Meco de Alcázar de San Juan para disfrutar de una semana de convivencia llena de aprendizaje y diversión.

A partir de las 9 de la mañana, los niños se disponen a entrenan con sus respectivos grupos.

Este año los porteros, este año entorno a 25 han tenido un papel muy importante durante estos días, recibiendo entrenamientos específicos, que trabajan la técnica y sobre todo mucha práctica. La última mañana de entrenamientos, la batalla de porteros hizo disfrutar a todos los participantes que no han dudado en poner en valor este tipo de entrenamientos dedicados sólo a porteros.

Los conceptos y las técnicas que adquieren durante esta semana están adaptados a las edades de cada grupo. En las categorías inferiores se trabajan los conceptos básicos como el control, el pase, el regate y el tiro a puerta. Técnicas que les ayudarán a desarrollarse como jugadores en cualquier equipo.

En las categorías superiores se van aumentando las acciones combinadas y la táctica.

Como novedad este año todos los chavales han disfrutado de un entrenamiento con psicólogos deportivos. La jornada incluía clases teóricas y prácticas, éstas últimas muy bien recibidas por todos ya que tuvieron una primera toma de contacto con con algo tan necesario como las técnicas de concentración, y las rutinas, hábitos que ayuden a superar y sobreponerse de situaciones muy habituales dentro del mundo de fútbol que de no ser acometidas con las armas que un psicólogo deportivo puede aportar al deportista, pueden hacer mucho daño en el mismo.

La guinda del pastel, este año ha sido el viaje a Bilbao y la visita a San Mamés, donde Manuel Delgado Meco hizo de cicerone acompañando a la expedición manchega a la que es su casa desde hace ya bastantes años. Una experiencia inolvidable que quedará grabada en la memoria no sólo de los chicos y chicas sino también de todos los monitores que pudieron disfrutar de esta bonita experiencia.

En la clausura del campus, como todos los años, se procedió a la entrega de una medalla y una foto de recuerdo de estos días inolvidables para todos.