El trompetista daimieleño, que se convertirá este viernes en la persona más joven en recibir la Medalla de Honor Ciudad de Daimiel

Comparte los sentimientos que le depara su pueblo natal y la “inmensa alegría” por un reconocimiento que agradecerá tocando como solista con la Banda Municipal de Música

Una vez más, como casi todo lo que le ha sucedido en su vida, Manuel Blanco romperá este próximo viernes otro récord de precocidad. A sus 34 años recién cumplidos recibirá la Medalla de Honor Ciudad de Daimiel. Será el más joven de una lista de daimieleños ilustres que inauguró en 2003 Julio Escuderos, el último pescador de Las Tablas. Un reconocimiento que Blanco no se esperaba “tan pronto” y que la ha deparado “una alegría inmensa” no solo a él, sino a toda su familia y amigos.

El trompetista ha agradecido la decisión del equipo de Gobierno y entendía que de alguna manera también es un premio a la música clásica “un arte que no es mayoritario” en nuestro país, pero que él se esfuerza por acercarla al gran público en cada uno de sus proyectos. De ahí que espera que el acto, fijado a las 21:30 horas en la Plaza de España, “esté lleno de gente, de paisanos y de otros puntos de la provincia y de la región” porque ese sería otro premio añadido a esta distinción.

Con ese deseo en la cabeza, Blanco prepara una actuación en la que, acompañado por la Banda Municipal de Música, interpretará ‘Rhapsody in Blue’, una pieza que tocó hace unas semanas en el Carnigie Hall neoyorquino cuando recibió el premio especial de la sección de viento de la Manhattan International Music Competition.

Será parte de un concierto “muy especial” que ya ha estado ensayando con la formación municipal, su banda de toda la vida, a la que agradecía que haya interrumpido parte de sus vacaciones por este motivo.

Sabía que había una versión para trompeta y banda, se lo comenté a Pedro (al director), la buscamos, y este miércoles la tocamos. Fue muy bonito, porque yo los siento como mis compañeros, y además me dijeron unas palabras que me pusieron colorado. Manuel Blanco.

Y es que Blanco siente verdadera pasión por su pueblo. “Daimiel es casa, es felicidad, es volver a mis raíces”, y por eso, siempre que puede, que no son todas las que quisiera por su apretada agenda, se escapa unos días. “Es entrar, ver el cartel, bajar la ventanilla del coche, respirar y decir: ya estoy en Daimiel”, evoca con una sonrisa en la cara.

Una sensación que probablemente no repita hasta finales de año ya que, además de sus conciertos, se encuentra preparando su siguiente disco que quiere grabar en directo con la Orquesta Nacional de España, donde es el trompetista solista. Un disco donde hará sonar hasta siete trompetas diferentes buscando “la fusión al máximo”, con piezas que empiecen “sonando muy barrocas y acaben a ritmo de jazz”. Y todo ello con la presión de hacerlo sin red, fuera de un estudio. “Mentalmente buscas la perfección en una grabación, pero falta ese sentimiento que solo se produce en un directo. Por mucho que la quieras fingir en cuatro paredes, eso no pasa, así que pase lo que pase nos la vamos a jugar”, asegura.

Otro ejemplo más de este talento desbordante que seguramente ya tenga en la cabeza su tercer disco porque, como el mismo confiesa, “cuando ya he conseguido algo pienso en el siguiente reto, casi no me da tiempo de disfrutar de lo que me sucede”. Una exitosa carrera de la que reluce el reciente “sueño cumplido” de tocar en el Carnigie Hall o su aplastante victoria en 2011 en el prestigioso concurso de la ARD de Munich, que en su corazón pone “a la par” de lo que vivirá este viernes en Daimiel.