Último tren a Treblinka’ traslada el orfanato de Janusz Korczak hasta un escenario en el que comparten espacio público y personajes

Último tren a Treblinka’ muestra la desgarradora, pero necesaria, historia del orfanato de Janusz Korczak en el gueto de Varsovia, un hogar autogestionado en el que cada individuo era trataro como tal, sin importar su edad.

Una obra que destaca por la denuncia social pero en la que la humanidad de los personajes aporta una experiencia intensa e inolvidable que demuestra la bondad del doctor y pedagogo Janus Korczak y su infatigable compañera Stefa, que dieron sus vidas por los niños y niñas del fatídico conflicto que supuso la II Guerra Mundial.

Es una historia muy actual, podemos cambiar el escenario, los personajes, pero lamentablemente está ahí, y creo que eso es lo que conmueve, revuelve y emociona.

LA OBRA

Para el actor que interpreta al doctor y pedagogo Janus Korczak, precursor de los derechos del niño, Alfonso Torregrosa, “esta obra son las últimas horas de un orfanato en el gueto judío de Varsovia el 5 de agosto de 1942. Quizá lo que define a esta obra que puede diferenciarla de otras obras es que nosotros lo que hacemos es incluir al espectador en el propio orfanato, en el propio espacio. Y de alguna manera el espectador no tiene la seguridad que puede tener en el patio de butacas porque está dentro del espectáculo. Lo que es doloroso y gratificante es una mezcla curiosa pero creo que también es esperanzador, y yo creo que ahí es el espectador donde se engancha a la hora de ver a estos personajes en mitad del caos intentando mantener dignidad, el ser humano que todos llevamos dentro aunque alguno no lo parezca”.

Maiken Beitia, actriz que interpreta a su compañera, Stefa Wilcynska, “creo que es un espectáculo que deja una enorme huella en el espectador pero también en nosotros. Es un espectáculo que se hace en cada representación, siempre ocurre así, pero de alguna manera que los espectadores formen parte de este orfanato y se conviertan por un momento en esos niños, en unos cuantos niños más además de los que de alguna manera conformamos el elenco, lo hace muy especial”.

Sobre todo y también importante, hay un momento en que se dice que es muy duro ser un niño judío pobre y huérfano, y él es que se hace cargo de los que nadie quiere, de los que están ahí sin ningún tipo de atención y este hombre es el precursor de la declaración de los derechos del niño que se hace después en los años 70”, ha destacado Torregrosa.

LOS PERSONAJES

Según el actor protagonista de la obra, “lo que tiene siempre interpretar a grandes personajes que han existido es que de repente te llevan a imbuirte en una realidad, un personaje, una sociedad, una historia que de alguna manera la tienes que estudiar y recibir, cosa que si en un personaje de ficción eres tú el que te imaginas o creas su propio mundo. Su mundo ya está creado, tú tienes entrar en él y exprimirlo y sacar lo máximo que puedas de ello. Son grandes personajes y por lo tanto grandes historias, eres la herramienta para contarlo”.

La actriz vasca ha subrayado que “dentro de que es una historia muy diferente de vivir para un actor, resaltaría el proceso de los ensayos. De alguna forma también el hecho de que fuera teatro aunque durante el proceso no teníamos a los espectadores, de alguna manera ya estaba produciéndose ese vértigo, ya de alguna manera el hecho de que apareciera cualquier persona a ver un ensayo y lo veía subido en una litera o sentado en la mesa, de pronto empezaban a pasar cosas. Creo que el trabajo con Mireia Gabilondo en ese sentido ha sido muy enriquecedor porque todos estábamos un poco viendo ese vértigo con ganas de empezar, de vivir ese proceso porque realmente incluso el espacio al ser diferente también el hecho de tener a los espectadores dentro del propio espacio teatral, el tema técnico de moverte por entre las mesas, las literas, el trabajo de voz, cuerpo, sensaciones, ha sido muy enriquecedor”.

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Nosotros seguimos haciendo lo mismo, con la misma ilusión y ya veremos qué pasa, es difícil porque hay muchos espectáculos, muchos actores, directores, escenógrafos, pero sería una alegría que alguien dijera este espectáculo tiene algo especial y no sé por qué es, porque ya está todo inventado en el teatro, solo falta hacer teatro en el techo, que alguien lo habrá hecho. Imagino que puede ser la honestidad la historia, con la que se cuenta. Al mismo tiempo también la sencillez, no hay grandes cosas teatrales, ni efectos, pero creo que es la honestidad a la hora de contar una historia que conmueve, que llega, y que sobre todo ataca a algo muy importante y es la partición de los críos, no los del primer mundo, en general los niños del mundo, esos que en cualquier conflicto o situación son los primeros en sufrirlo y los que menos cuentan”, ha señalado Torregrosa.

JANUS KORCZAK

Esperemos que este espectáculo y estas entrevistas sirvan para que la gente se sorprenda. El espectador va a llevarse una sorpresa brutal de la humanidad, la capacidad que tenía, de lo que hacía con los niños. Estamos hablando de 1942 donde un niño lo mínimo era dar una bofetada, hoy afortunadamente eso ha cambiado pero este hombre quiso dignificar a los niños, él construyó en el orfanato una república gestionada por los niños y los adultos, donde un niño y un adulto se podían mirar de igual a igual, porque son dos seres humanos, y dos ciudadanos. Es un adulto con menos experiencia pero un ser humano, una persona”, ha apuntado el actor.