La recuperada Fonda de la Estación acoge la presentación de las teselas de ‘Los Álvarez Guerra de Alcázar de San Juan’ y los ‘Recuerdos y Vivencias de la Fonda y la Estación’ 

Recuperado como espacio cultural público abierto a la ciudadanía, la Fonda de la Estación ha acogido la presentación de las teselas ‘Los Álvarez Guerra de Alcázar de San Juan’ de José María Lama, y la más íntima y personal ‘Recuerdos y Vivencias de la Fonda y la Estación’  de Jacinto Villaseñor y Luis Cruz.

Lama ha evocado la importancia de la la familia Álvarez Guerra, que según ha manifestado, “encarna lo que son los personajes a través de un siglo y con un padre y un hijo. El padre nace en 1805, el hijo muere en 1905 y en ese siglo en Alcázar de San Juan está encarnado lo que fue realmente el siglo XIX. Un siglo de aventureros, de militares, de liberales, de emprendedores, de literatos, de intelectuales, que tienen en la figura de Juan Álvarez Guerra y De la Peña, y en Álvarez Guerra y Castellanos a dos personajes muy interesantes que además son personajes de una familia muy interesante, entroncados con los Machado de los que eran parientes directos y con una cantidad de gente detrás, ministros, escritores, filósofos, que en ellos tienen un buen ejemplo de este tipo de personajes”.

Álvarez Guerra tiene una característica, convierte su riqueza territorial ya que es un hombre muy acaudalado, en riqueza industrial. Es un emprendedor y en cierto modo, el ferrocarril en Alcázar de San Juan se lo deben a él y al Marqués de Salamanca, sus dos principales promotores.

Datos por conocer presentados en la tesela como que Álvarez Guerra fue el primer productor de vino al estilo bordelés en La Mancha, igual que lo es el Marqués de Murrieta en La Rioja, “merecería incluso hasta una marca de vino”, ha destacado el autor.

Alcalde de Alcázar de San Juan y de la vecina localidad de Lillo, Diputado de las Cortes en 1850, abanderado de la revolución ‘La Gloriosa’ de 1868 y gran reivindicador del municipio alcazareño como patria de nacimiento de Miguel de Cervantes, Álvarez Guerra escribió ‘El sol de Cervantes’ que se ha convertido en uno de los grandes paradigmas del reclamo cervantino, por lo que se le considera como uno de los impulsores y promotores de la cultura y educación arraigada en Alcázar.

Rosa Melchor, que ha acompañado a los autores de las publicaciones, ha indicado sobre Lama que “quien no te conozca se preguntará qué hace un habitante de Zafra en La Mancha, compartimos ese paisanazgo con los Álvarez Guerra, que fueron en realidad propulsores del que fue el desarrollo fundamental de la ciudad que está directamente ligado y relacionado con nuestro ferrocarril, que ha sido para nosotros un potencial enorme, histórico pero que vamos a insistir en que no deje de serlo también de presente y de futuro”, ha manifestado.

Reconocimiento a una figura tal vez no demasiado conocida en la localidad pero de larga y vital relevancia incluso para Castilla-La Mancha. El relevo en el turno de presentaciones llegaba de la mano de las experiencias y anécdotas sucedidas en la fonda y la estación.

Por su parte, Luis Cruz Rodríguez, autor de la tesela ‘Recuerdos y Vivencias de la Fonda y la Estación’, ha subrayado que su trabajo es “un pequeño trabajo que más que un trabajo, es un placer el poder recordar y poner en conocimiento de mucha gente más joven que nosotros, lo que representaba la fonda de Alcázar, pero sobre todo lo que representó en el contexto del barrio de la estación, del paseo de la estación y del pueblo de Alcázar. Nos vamos a remontar a una estación vacía que tenemos ahora que no pasa un tren casi nunca, a cuando aquí había trabajando 3.000 ferroviarios en tres turnos continuamente las 24 horas”.

Presidida por el gigante de Álvarez Guerra que se presentaba en sociedad este mismo jueves dando la bienvenida a los asistentes, la Fonda lucía decorada con faros de antiguos trenes, herramientas o una maqueta de lo que se denominaba la cantina del pueblo, abierta las 24 horas los 365 días del año. Bajo un ambiente cálido y amable que en pleno año 2018 continúa invitando a entrar a pasajeros y visitantes, sigue rodeada por la azulejería que narra las historias del caballero don Quijote.

El co-autor de la obra, Jacinto ha recordado el momento en el que la llegó a tener 33 empleados en nómina, “más 10 que venían a vender por el andén cuando era un puente grande en Semana Santa, Navidades, verano, nos juntábamos 43 personas”, grandes tiempos pasados que merecen ser enmarcados y recordados por siempre por todos los alcazareños.

Una Fonda y una estación con 145 años de larga y esplendorosa historia, que vio pasar su primer tren el 25 de mayo de 1854 a las 15:10 de la tarde.


Más de 120 personas han asistido a ambas presentaciones que han inundado de risas y alegría el espacio con las divertidas anécdotas de Luis Cruz que ha hecho recordar muchos momentos ya casi olvidados a todo un pueblo que siente el tren como algo suyo.