Solemne Martes Santo en Alcázar de San Juan con la procesión del Cristo de los Estudiantes

El Cristo de la Buena Muerte, conocido como el de ‘los estudiantes’, realizó su tradicional recorrido procesional por las calles de Alcázar de San Juan en la noche del Martes Santo, acompañado de su madre María Santísima de la Concepción y del Niño de la Veracruz

Sociedad 5 de abril de 2023

La procesión del Cristo de la Buena Muerte recorrió las calles de Alcázar de San Juan con aire solemne. Sólo se escuchaba la campanilla del acólito que precede al Niño de la Veracruz y los instrumentos de viento acompañando al conocido como Cristo de los Estudiantes, por su situación estratégica en el convento de San Francisco -antigua universidad de Alcázar- de donde salen la noche del Martes Santo.

Se trata de una hermandad austera de silencio, por lo que su paso procesional es solemne, precedidos por la cruz de guía y la luz de dos farolillos encendidos.

El hábito oscuro de sus nazarenos está inspirado en el de los frailes franciscanos, y el origen de esta Hermandad data del año 1987, cuando un grupo de jóvenes de Alcázar de San Juan decidió hacer un ‘Vía Crucis’ en el que participaran los estudiantes de los colegios, institutos y parroquias de la ciudad. Se decidió entonces que el Cristo de la Buena Muerte de la Iglesia de San Francisco sirviera para procesionar el Martes Santo.

La imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte es obra del escultor sevillano José Manuel Bonilla, del año 1994. Le acompaña María Santísima de la Concepción, escultura anónima del siglo XVII donada por las monjas agustinas de Toledo en el año 2007. Una virgen que viste a la antigua usanza de las viudas cortesanas, con manto bordado de la época y diadema de plata del mismo siglo.

El paso del Cristo cuenta con respiraderos de damasco rojos y bordados en oro del siglo XVIII; así como con hachones para los cirios tallados en madera por el sevillano Manuel Montañez.

El Niño de la Veracruz, que abre el cortejo procesional llevado por niños, porta un canasto de madera de color caoba con cartelas y pasionarios del año 1956, que originalmente pertenecían al antiguo paso del Cristo Yacente.