El Centro de Mayores trabaja la memoria de 145 personas en un programa “único” en toda la región

Su directora, Prado Pérez de Madrid, destacaba que este proyecto pionero que arrancó en 2005 se realiza “codo con codo” con el Ayuntamiento de Daimiel. La concejala de Servicios Sociales, Alicia Loro, felicitaba a las profesionales por los buenos resultados de la unidad y los talleres de memoria.

El Centro de Mayores es “el único” de toda la red regional que cuenta con un programa de atención integral al deterioro cognitivo. Un proyecto “pionero, como muchos de este centro”, que arrancó en 2005 con 20 usuarios y que, trece años después, moviliza a 145 usuarios cada semana. Así lo ha destacado la directora del centro, Prado Pérez de Madrid, en la visita que compartía este miércoles con la concejala de Servicios Sociales, Alicia Loro, a uno de los grupos de la Unidad de Memoria.

El objetivo de este programa, que también incluye los llamados Talleres de Memoria, es que estos mayores con un deterioro cognitivo leve o moderado, o que solo presentan factores de riesgo, puedan mantener su autonomía el mayor tiempo posible. Para ello, se trabaja directamente con ellos, y de forma paralela, aportando estrategias a su entorno más cercano.  

Pérez de Madrid ha subrayado que este programa es posible gracias a la colaboración “codo con codo” del Ayuntamiento de Daimiel, y que su buen funcionamiento es debido, principalmente, a la dedicación de las profesionales que lo dirigen. La concejala de Servicios Sociales ha felicitado igualmente la dedicación y entrega de la terapeuta ocupacional y de la auxiliar, a la vez que animaba a solicitar información sobre esta iniciativa en el Centro de Mayores. 

A continuación, Isabel Tendero detallaba que en estos momentos están funcionando cinco talleres de memoria que se reúnen una vez a la semana. La terapeuta ocupacional explicaba que se programan de forma trimestral, aunque las inscripciones están siempre abiertas para incorporar nuevos usuarios a la finalización de cada periodo. Esto se debe a que los talleres son “la puerta de entrada” de la Unidad de Memoria donde, tras una valoración más específica, ya se clasifica a los participantes según los niveles de deterioro, y se determina si es necesario que acudan uno, dos, o incluso, los cinco días a las sesiones.

En esa misma línea, cada día, se van rotando ejercicios de lectura, escritura, cálculo mental, dinámicas en grupo, psicomotricidad, recordatorios de actividades de la vida diaria, y normalmente, los viernes se plantean salidas a otros iniciativas o estancias municipales para paliar los signos de deterioro.

Cuando los casos saltan a un desgaste más severo, se activa el protocolo de derivación a otros servicios más especializados, caso del Centro de Día de Alzheimer, añadía Tendero.