Un emotivo pregón de Semana Santa con acento mercedario del Padre Enrique Mora

Olor a incienso y emoción, con gran espíritu procesional se engalanaba el escenario del Auditorio que contó con un presentador que vive y siente la Semana Santa como ninguno.

Miguel Ángel Ligero, presentador y conductor del pregón oficial de la Semana Santa de Alcázar de San Juan, ha realizado un discurso pasional y atrevido en el que ha destacado la cercanía de esta celebración. “Trece días desde hoy quedan para el viernes de Dolores. En 13 días Alcázar por algo más de una semana se convertirá en la misma Jerusalén, en el corazón de La Mancha que rendirá culto en sus calles a un hombre que por esta humanidad dio su vida y así el pecado quitar”, ha descrito.

Alcázar no sería Alcázar sin el amor que destila por su Jesús rescatado.

La alcaldesa de la ciudad, Rosa Melchor, ha destacado el sentimiento que se extiende en la localidad cuando huele “a incienso y a cera derretida, estos son los olores que nos anuncian la semana Santa. Una fiesta que está llena de tradiciones, también gastronómicas con aroma a azúcar y canela. Desde el Ayuntamiento estamos empeñados en fomentar esto que os decía antes, atesorar toda nuestra identidad, nuestras identidades e impedir que se pierda, y desde luego con todos vosotros está garantizado que no se van a perder”.

El consiliario de la Junta de Cofradías y párroco de Santa Quiteria que éste año estrenaba el cargo Miguel Ángel Montalvo, señalaba la importancia de estos días de pasión, muerte y resurrección para los cristianos.

El padre mercedario Enrique Mora González ha sido el encargado este año de realizar el pregón de Semana Santa en el que hizo un recorrido por los diferentes días de la celebración en Alcázar de San Juan.

El pregonero, procedente de la localidad vecina de Herencia, ha discurrido por la historia de Alcázar: “Preparadme la borrica, les dijo el maestro a sus discípulos, que tengo que poner en marcha, Jerusalén nos espera. Mañana de palmas y tarde salud en Alcázar. Madre e hijo, hijo y madre, salude el cuerpo y perdón del alma, o perdón del cuerpo y salud del alma, dos caras de la misma moneda. La salud, la salvación de cuerpo y alma que solo pasa y se alcanza a través del perdón, la gracia. Nadie, y eso si que es igualdad, nadie se salva por sí solo”, ha pregonado.

Pasión y emotividad llenaron el Auditorio municipal de Alcázar con este pregón que augura la llegada de las flores y las saetas a las calles de la localidad.

El viernes santo de Alcázar es un hito que hay que mimar y si lo cultural, lleva a la pregunta, no se presenta dios siempre como una pregunta. La Semana Santa ha dejado de ser una manifestación de fe para ser provocación artística anclada en nuestro sentimiento, y él nunca se cansa de esperar. Si Alcázar tiene su rey ese está en la Trinidad, con su melena rizada, con sus manitas atadas. Hoy no es día de dormir, es día de madrugar, cómo se aprieta el pretil esperando la emoción”, ha indicado con gran pasión.

Con esta oda a Dios, la Semana Santa alcazareña ha quedado inaugurada hasta la llegada del primer capuchino que como propugnaba el padre mercedario inundarán las calles portando el espíritu de reflexión y sentimiento.

Se hace el silencio eco, solo se oye al capataz. Las manos quisiera soltarte y hasta pedir un abrazo, que todo el mundo lo sepa que Alcázar siente pasión por Jesús de Nazareno, su rey y emperador. Alcázar no sería Alcázar sin el amor que destila por su Jesús rescatado”.

Tras el pregón, la Agrupación Musical Jesús del Perdón, deleitó al público con sus marchas cofrades.