El Gobierno regional procede a la suelta de dos nuevos ejemplares de lince ibérico

El Gobierno de Castilla-La Mancha procede hoy a la suelta, en la localidad toledana de Las Ventas con Peña Aguilera, de Oso y Oliva, una pareja de linces ibéricos que suman un total de 70 ejemplares de esta especie reintroducidos en las áreas de Sierra Morena Occidental, en la provincia de Ciudad Real y los Montes de Toledo, en la de Toledo, desde 2014.

Estos dos ejemplares, procedentes del centro de cría de Zarza de Granadilla en Cáceres, son los últimos de los once que se han liberado en Castilla-La Mancha este año dentro del proyecto Life+Iberlince, un proyecto transnacional para la recuperación de la distribución histórica del lince ibérico cofinanciado por la Comisión Europea que dirige el Ejecutivo regional en Castilla-La Mancha y que está dando unos “excelentes resultados”, ha explicado el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural.

Los objetivos propuestos inicialmente por el proyecto se han cumplido, ya que se trataba de conseguir en las zonas de reintroducción de la región una cifra de seis hembras territoriales como mínimo, y con datos que ponen de manifiesto que el lince ibérico ha venido para quedarse en Castilla-La Mancha”.

Muestra de ello es que la tasa de supervivencia se encuentra próxima al 70 por ciento en la región, una cifra muy elevada en un programa de esta índole y que desde la Administración regional se espera siga en aumento en próximas fechas gracias a las medidas adoptadas para proteger a esta especie en peligro de extinción, como, por ejemplo, la inversión de 1,5 millones de euros para el vallado de carreteras existentes dentro de las zonas de tránsito en las que se asienta el lince ibérico.

Durante los años de desarrollo del proyecto, se ha conseguido la conexión entre diferentes poblaciones de estos felinos en España y Portugal, contribuyendo al intercambio genético de la especie, “lo que reafirma la buena elección de las zonas de reintroducción en los diferentes enclaves de la península ibérica”.

Además, otro de los objetivos era alcanzar la participación de propietarios, gestores y arrendatarios de los terrenos públicos y privados, lográndose firmar hasta el momento más de 40 convenios de colaboración entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, superando las 51.000 hectáreas donde se han realizado mejoras de hábitat para la caza menor que benefician a la conservación del hábitat de la especie.

También, gracias a las acciones de comunicación y divulgación del proyecto, se ha logrado, según ha recordado Martínez Arroyo, el apoyo social y la participación de los habitantes de las áreas de reintroducción resaltando que “el apoyo de las comunidades locales es fundamental para el éxito del proyecto”.