Fiestas de San Sebastián, un Santo que da nombre a un barrio y que es venerado por todos los alcazareños

San Sebastián es venerado por todas las gentes de Alcázar y en especial las de del barrio al que se da nombre, El Santo. Vecinos del barrio y de toda la ciudad se congregan la noche del sábado ante la gran hoguera y el domingo para ver la procesión que discurre desde la Parroquia de Santa Quiteria hasta la ermita que dará cobijo al Santo durante todo el domingo.

San Sebastián, un santo que da nombre a todo un barrio que está deseando que lleguen estos días para conmemorar a su patrón. Unas fiestas que tienen como protagonistas las tortas en sartén, los caballos, la procesión y la hoguera. Una hoguera que comienza a prepararse el sábado por la mañana cuando poco a poco van llegando los remolques cargados de sarmientos que irán formando la gran hoguera que arderá para alejar perezas, miedos e inseguridades como así manda la tradición.

Este año se han incorporado jóvenes a la junta directiva con nuevas ideas y con ganas de trabajar, aportando el equilibrio perfecto, ya que los jóvenes empujan, los medianos sujetan y los mayores aconsejan, explicaba el Presidente de la Hermandad.

Jesús Pozo, desde primera hora del sábado estaba presente en los preparativos de la hoguera y recordaba que casi por tradición cada año suele hacer buen tiempo y los hermanos, piden al Santo “que les dé un día como éste para el año siguiente”.

Por su parte Rosa Melchor destacaba que gracias al trabajo de la Hermandad no sólo se ha mantenido la viva la fiesta sino que año tras año congrega a un mayor número de vecinos de Alcázar que ya sean o no del barrio acuden al Santo para disfrutar de la hoguera, la procesión y el buen ambiente que se respira durante las fiestas.

Ya por la noche se procede a encender la hoguera que congrega a numerosos vecinos que se acercan para calentarse y ver como poco a poco y de manera casi hipnótica el fuego va consumiendo los sarmientos que darán lugar a las ascuas que muchos de ellos utilizarán para preparar la cena al abrigo de las llamas y en compañía de amigos y familiares.

La hermandad obsequia a cuantos se acercan hasta la ermita con un vaso de zurra y un puñao de alcagüetas mientras todos miran al cielo y disfrutan de los fuegos artificiales preparados para la ocasión.

La hoguera del sábado por la noche da paso a la procesión del domingo, que desde que que los mayores se acuerdan, siempre discurre por el mismo itinerario, desde la Parroquia,  pasando por la calle Hermanos Galera, la Plaza del Arenal y finalmente por la calle San Sebastián, conocida popularmente como calle del Santo. Es aquí donde la procesión adquiere una explosión de júbilo y donde se congrega el mayor número de personas para disfrutar del paso del Santo acompañado de música, caballos y del estruendo de los cientos de docenas de cohetes que se lanzan.

Finalmente la imagen de San Sebastián es conducida hasta la ermita donde descansará hasta la tarde.

Mientras y desde hace 3 años, cuadrillas y grupos de amigos se han propuesto recuperar una antigua tradición como es la de comer por las fiestas del Santo, arroz y gallo muerto.

Jesús Guzman, presidente de la Asociación de Coros y Danzas de Alcázar, explicaba el origen del arroz y gallo muerto que se remonta a tiempos en los que se colgaba una cuerda con cintas de colores, correspondientes cada una de ellas a un gallo, y los jinetes a caballo pasaban bajo la cuerda intentando coger una de esas cintas y así llevarse a casa el gallo correspondiente.

Aunque tradicionalmente no se preparaba en la calle, si que desde la Asociación de Coros y Danzas han querido sacar los peroles a la calle para animar a todos a participar de estas viandas y hacer visible así esta vieja costumbre.