La Hermandad de “Los estudiantes” procesiona solemne en la noche del Martes Santo

Alcázar de San Juan pudo contemplar de nuevo en la noche del Martes al Santísimo Cristo de la Buena Muerte acompañado de su madre María Santísima de la Concepción y el Niño de la Veracruz, en una da las procesiones más tradicionales de la localidad.

El origen de esta Hermandad data del año 1987, cuando un grupo de jóvenes de Alcázar deciden hacer un vía crucis en el que participaran los estudiantes de los colegios, institutos y parroquias de Alcázar. Se decidiría entonces que el Cristo de la Buena Muerte de la Iglesia de San Francisco serviría para procesionar el martes santo.

Los primeros años resultaron multitudinarios pero al cabo del tiempo, el desinterés por parte de algunos sectores precipitó una agrupación de fieles para que el acto no se perdiera. En 1990 es aprobada como cofradía por el Obispado de Ciudad Real. En el 2003 se aprueba la recuperación de la antigua Hermandad de la Santa Vera Cruz originaria del siglo XVl.

No todas las hermandades tienen un grupo de gente joven dispuesta a trabajar por la Semana Santa y a pesar del tiempo, esta cofradía sigue conservando el espíritu de sus inicios.

Los estudiantes”, como así llaman a la agrupación por su situación estratégica en el convento de San Francisco, antigua universidad de Alcázar; es una hermandad austera de silencio acompañada por música de capilla en el paso titular y con el sonido de una campanilla que toca un acolito en la cruz de guía. El hábito oscuro de sus nazarenos está inspirado en el habito de los frailes franciscanos.

La imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte es obra del escultor sevillano José Manuel Bonilla del año 1994. Le acompaña María Santísima de la Concepción, escultura anónima del siglo XVII donada por las monjas Agustinas de Toledo en el año 2007. Una virgen que viste a la antigua usanza de las viudas cortesanas, con manto bordado de la época y diadema de plata del mismo siglo.

Este paso procesional tiene respiraderos de damasco rojos y bordados en oro del siglo XVIII, con hachones para los cirios tallados en madera por el sevillano Manuel Montañez. Portado generalmente por 30 costaleros, este año la falta de personal ha provocado que el paso sea empujado desde dentro durante el recorrido.

La participación de los jóvenes en esta procesión está en sintonía con su capataz que no llega a la mayoría de edad.

Los 12 costaleros titulares realizan su estación de penitencia llevando la imagen del Niño Jesús de la Santa Vera Cruz, escultura realizada por los Talleres Martínez de Guadalajara en el año 2001. Llevado originalmente por niños, es el paso que abre el cortejo procesional. El canasto que porta es de madera de color caoba con cartelas pasionarios del año 1956 que originalmente pertenecían al antiguo paso del Cristo Yacente de la localidad.