Campo de Criptana aboga por una Feria y Fiestas libre de agresiones sexistas con la ayuda ciudadana, Protección Civil y el colectivo de Las Violeteras

Como cada año en la celebración de la Feria y Fiestas de Campo de Criptana, Protección Civil estará presente en la entrada del recinto ferial, concretamente en la puerta principal. Además, portando las pulseras identificativas, colaborarán con el colectivo de Las Violeteras que se ubicará en el punto morado en su tienda, por tercer año consecutivo.

Desde Protección Civil de Campa de Criptana, se ruega dar difusión al uso de dichas pulseras identificativas para niños y personas con discapacidad, así como a la instalación del punto morado.

Los popularmente llamados ‘piropos’ no tienen intención de halagar, solo demostrar una situación de poder sobre la víctima. Esto no es un piropo, es acoso.

Entre los consejos que se dan desde Protección Civil y Las Violeteras, están el respeto a todas las personas, especialmente a las mujeres en cualquier zona de la Feria, ya sea en ubicaciones con aglomeraciones como conciertos, eventos, verbenas, chiringuitos, zona de botellón o baile del Vermut.

Por ello, se reclama denunciar cualquier tipo de actitud o agresión, recordando que las agresiones sexuales son “prácticas que atentan contra la libertad sexual de otra persona, realizando actos de intimidación o engaño”. Se destaca a este respecto que estas acciones son unidireccionales, es decir, no consentidas por la persona agredida, aunque no exista contacto físico.

Se considera violación a atentar contra la libertad sexual de otra persona utilizando violencia, intimidación o engaño. Penetración con el órgano sexual por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de cualquier clase de objeto o miembros corporales por estas vías. Por ello, se recuerda que el consentimiento y la reciprocidad son la clave para relaciones afectivo sexuales sanas y equitativas.

Dentro de este ámbito están las miradas lascivas, silbidos, exhibicionismo, fotografías o grabaciones del cuerpo no consentidas, y las agresiones verbales que menosprecien la dignidad de las personas mediante expresiones machistas o sexistas. También los popularmente llamados “piropos” que no suelen ser ni “autorizados ni correspondidos por la interlocutora y producen una sensación de incomodidad e intimidación”.