Café Arábica, tueste natural

Cuando tomamos un café no siempre apreciamos el producto que estamos consumiendo. Solo los verdaderos catadores o expertos cafeteros llegan a diferenciar los verdaderos aromas y sabores de una buen café natural.

Existen diferentes plantas de café, pero las principales variedades que se comercializan son la arábica y la robusta. La primera, representa dos tercios de la producción mundial y su origen lo encontramos en Latinoamérica, Asia y el este de África.

La planta es más delicada y requiere más cuidados que la robusta. Crece a una altitud de entre 600 y 2000 metros, donde el aire es más puro y viven menos insectos. Y de ahí las altas cualidades organolépticas de sus granos ya que los cafés arábigos son muy perfumados. Pero además, su contenido en cafeína se reduce a la mitad en comparación con la variedad robusta, lo que hace que sea mucho más digestivo.

A la hora de apreciar mejor las propiedades de un buen café, el tueste es fundamental. Existen tres tipos de tueste: ligero, medio y fuerte. Cuando se tuesta el café, se produce una reacción que libera sustancias y hace que afloren los aromas y sabores. Cuanto más tiempo se tueste, más oscuro será el café en taza y en consecuencia, más amargo. A menor tueste, resultará un café más fresco y con más aromas frutales. Obviamente, elegir un tueste u otro dependerá de la variedad de café a tostar.

El tueste natural no camufla el auténtico sabor del café como le sucede al torrefacto que impide apreciar las verdaderas cualidades organolépticas de esta bebida.

Ahora solo nos queda disfrutar de una buena taza de café. Tú eliges con cuál te quedas, aunque no está de más educar el paladar hacia sensaciones más naturales y puras cuidando esta parte de nuestra alimentación.