La Corporación Municipal de Alcázar de San Juan aplaudió por unanimidad dar el nombre de Emilio Gavira al Auditorio Municipal

Todos los grupos municipales en el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan estuvieron de acuerdo en reconocer la trayectoria profesional en el ámbito de la cultura y las artes de Emilio Gavira, alcazareño de adopción y embajador cultural de la ciudad. A partir de ahora, el Auditorio Municipal llevará el nombre de este artista polifacético que la Corporación en Pleno reconoció aplaudiendo la propuesta de Alcaldía

Cultura 27 de julio de 2021

Emilio Gavira es uno de los actores más polifacéticos del panorama artístico español.

Empezó como cantante de ópera y zarzuela, tras formarse como barítono en la Escuela Superior de Canto de Madrid y, poco a poco, se fue haciendo hueco en el teatro, el cine y la televisión.

Ha trabajado con reconocidos directores de cine y teatro y se le recuerda por su interpretaciones en películas como “El milagro de P. Tinto”, de Javier Fesser o metido en el papel de “Rompetechos”; también en el premiado corto “El Gran Zambini” o por su papel como Dios en la premiada película de los jóvenes realizadores Caye Casas y Albert Pintó “Matar a Dios”, entre otras.

En teatro ha representado, en innumerables ocasiones, papeles clásicos. Por mencionar los más recientes, “Divinas Palabras” de Valle-Inclán, con la compañía del Centro Dramático Nacional o “Enrique VII y la cisma de Inglaterra” con la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Ha recibido importantes premios, como el ‘Ágora’ en el Festival de Almagro en 2003 o el Premio Ercilla de Teatro como mejor actor de reparto por “La Caída de los Dioses” dirigida por Tomas Pandur, entre otros.

Pero, quizá, lo más jóvenes lo conozcan por su nominación al Goya como actor revelación por su papel en la película “Blancanieves”.

Además es miembro de las academias de Ciencias Cinematográficas y de las Artes Escénicas.

Este currículum fue reconocido por la Corporación Municipal, además de su calidad humana y su figura como embajador de Alcázar de San Juan; así como emblema de superación y reflejo para las personas con capacidades diferentes. Pero, sobre todo, reconocieron el amor que manifiesta siempre por el que le gusta llamar “su pueblo”.

Un reconocimiento que se traducirá en poner su nombre al Auditorio Municipal y que, en esta ocasión y como excepción, fue apoyado por el aplauso unánime de la Corporación en lugar de por sus votos.